Ya conocéis la triste historia de Leo, un galgo adulto a
quien su galguero descartó encerrándole en una jaula, dentro de una nave, junto
con otros perros, sin salir, por mas de un mes, con sus pis y sus cacas y a
oscuras.
Cuando por fin Leo salió gracias a Salima y a Lucía, empezó
en la casa de Lucía una nueva vida. Pero Leo estaba muy enfermo, tenía una
otitis crónica en los dos oídos, estaba casi sordo. Se le ha aplicado una
intervención en uno de los oídos que aún tenía infección activa, ha sido muy
doloroso para él, pero todo ha salido bien, pero sus penas no habían terminado.
Leo padeció una infección vírica muy poderosa, ha estado luchando
contra ella y no lo ha superado. Hoy, Leo ha muerto.
Una vez más los bárbaros ganan la partida, a Leo no lo
colgaron, lo usaron, lo encerraron y allí lo hubiesen dejado morir si Lucía no
se lo lleva a su casa, pero ni todos los cuidados, ni las consultas con
diferentes veterinarios, han conseguido salvarle.¿Cuántos perros tienen que morir para que las autoridades se den por aludidas de que unos pocos no podemos detener el maltrato y el abandono al que están sometidos los perros en Andalucía?, no podemos parar a los bárbaros si no hay ley que nos ayude. Si la sociedad entera no se levanta contra las brutalidades, si se sigue permitiendo que cualquiera se dedique a utilizar a los perros y luego desecharlos. Prácticas comunes en todo nuestro territorio a la que ya no sabemos cómo hacer frente.
El caso de Leo, encerrado en una jaula inmunda junto con otros perros, con sus cacas y sus meados, sin salir, sin luz, es el pan de cada día en Andalucía. Todo el mundo conoce a alguien que tiene a los perros encerrados, amordazados, sin comer, con palizas diarias, atados a la ventana de su casa que puedes verlos por muchos barrios de Sevilla, con una cuerda de dos metros, todo el día, con el calor, con el frío, allí comen o no comen, duermen casi colgando con la cabeza levantada porque la cuerda no llega al suelo. No hay que meterse en ningún tugurio, los puedes ver pasando con tu coche por dos hermanas, por Coria del río, por La puebla del río, por San Jose, por castilleja, por Carmona, por Sanlucar, por el aeropuerto, da igual hacia que punto cardinal te dirijas, los ves por todos lados. Pero parece que para las autoridades estos perros son invisibles.
Chau Leo, duerme tranquilo en tu cama blandita, al fin sin dolor.
Lo bueno duró muy poco, pero fue muy intenso, una persona dedicada a ti todo el tiempo, intentando que salieras adelantes y pudieras vivir por fin una vida de perro, pero fue mucho para ti.
Solo quiero darle a Lucía las gracias por su dedicación y por su entereza.
Ya sabes, estamos contigo… y ya no sabemos qué palabras decirnos los unos a los otros…