domingo, 30 de agosto de 2009

Donación de Galgos Libres a Galgos 112

Todo el mundo cree que Santa Claus vive en Laponia (Finlandia). Nosotros también lo creíamos, hasta que el pasado miércoles 26, conocimos la verdad: Santa Claus vive en Laponia, pero pasa el verano en Bruselas.

Era media mañana del día 26 de agosto cuando en Sant Feliu de Guíxols dos de nuestras voluntarias empezaban un viaje a la vecina Francia en el coche de otro voluntario, un Peugeot 307 SW al que cariñosamente llamamos el galgo-móvil. Junto a ellas iban dos galgos, Zen, procedente de Málaga y Onda procedente de Madrid, una cruce de galgo, Darky, procedente de Sevilla y una podenca, Olba procedente de Teruel. Una nueva vida aguardaba a los cuatro al otro lado de los Pirineos. Zen se quedaría en Francia y Olba, Darky y Onda llegarían hasta Bélgica.

A medio camino, las voluntarias de Galgos 112 iban a encontrarse con voluntarios de Galgos Libres, asociación amiga, de origen belga, con la que colaboramos y que había tramitado estas cuatro adopciones.

Al encontrarse con Carine y Marie, nuestras voluntarias se llevaron una inesperada y agradable sorpresa: la Mercedes Vito que llevaban, y en la que se irían nuestros cuatro amigos, estaba repleta de material para los perros españoles: camas, comederos, pienso, mantas, toallas, ¡un montón de cajas repletas de material!

Así es como supimos que Santa Claus veranea en Bruselas, y que había mandado a dos de sus duendes para que nos echaran una mano en nuestra tarea de ayudar a los más desvalidos.

Desde Galgos 112 agradecemos de corazón esta donación, y todo el cariño que han puesto las personas que han donado, las que han empaquetado tan cuidadosamente todo el material y Marie y Carine, que nos lo entregaron.

A nos amis de Galgos Libres, merci beaucoup. Nous vous sommes trés reconnaissants de votre generosité. Merci encore une autre fois, de notre part et de celle des lévriers de notre pays.

domingo, 16 de agosto de 2009

Gracias.

¿Amor a primera vista? Hay gente que cree que existe, y gente que cree que no, Yo si creo que hay veces en que nada más conocer a alguien sabes que será especial. Tal vez no para convertirse en tu pareja, pero si en un gran amigo para toda la vida. Y esto me pasó el 13 de junio de 2008, cuando, junto a mi compañera Esther, tuve la suerte de conocer a Saeta y poder sacarla de la jaula que compartía con su inseparable Campeón. Esther sacó al macho y yo a la hembra. Y nada más verlos, supe que esos dos galgos serían especiales.

Inmediatamente empecé a trabajar en su sociabilización, pues los dos habían llegado a Galgos 112 atemorizados. Conocían golpes y palizas, pero no las caricias y los arrumacos. Este periodo de aprendizaje, por ambos lados fue muy gratificante. Ellos aprendieron lo maravilloso de ser queridos y yo, lo no menos maravilloso de enseñar a serlo. Era mi primera vez trabajando con galgos en estas condiciones, así que ellos fueron mis maestros.

El 14 de julio, Campeón se marchó adoptado. Por suerte para mi, muy cerca de mi casa, por lo que no perdería el contacto con él. El 13 de agosto fue entregada Saeta, pero la que tenia que ser su familia desatendió todos las pautas de seguridad que les habíamos dado y a los pocos minutos de llegar a su destino la perdieron. Empezaron aquí 4 días de angustia, de búsqueda, de miedo. No voy a repetir las peripecias vividas esos días, pero dado que hoy se cumple un año de mi reencuentro con Saeta, quiero agradecer, de corazón, a todos los compañeros, y amigos que lo hicisteis posible.

En primer lugar debo dar un sincero gracias a Josep y Mariona, mis padres y cómplices en la aventura de Galgos 112. Gracias por estar siempre, por las palizas de coche, por el madrugón de hoy hace un año “tal vez habrá más posibilidades de encontrarla si llegamos a Figueres antes de que salga el Sol”, por salir animados de casa a pesar de tener tan claro como yo que era casi imposible encontrarla, y por acogerla y permitirme adoptarla.

Muchas gracias también a mis compañeros de Galgos 112: a Esther, que dedicó su día de descanso semanal a deslpazarse, pegar carteles, preguntar a todo el mundo y achicar los ojos para ver si hallaba la silueta de la galga en los inmensos descampados, y a quien la silla del trabajo nunca le había quemado tanto el culo como esos días. A Albert y a Mª Mercè, que a pesar de tener a su galgo Taas enfermo, no dudaron en dividir su equipo y mientras uno vigilaba su evolución, el otro hacía kilómetros conmigo por caminos y carreteras para seguir la búsqueda. A Cristina y a Yannick, que hicieron kilómetros y kilómetros, también pegando carteles, también hablando con todo el mundo, también achicando los ojos, también esperanzados de poder encontrarla y con quien nos fundimos en el primer gran abrazo post-reencuentro. Y para terminar, a todas las personas que, sin estar tan cerca, estuvisteis allí con vuestros ánimos y mensajes de soporte. A todos. MOLTÍSSIMES GRÀCIES por haberme ayudado a encontrarla y convertirme en su humana; la humana de la galga Saeta.

Núria.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Un rescate, una acogida, una adopción....




























Esos galgos que recién rescatados tienen estas caritas tristes, ahoran tienen una mirada que brilla y aunque parezca magia, todos son más altos. Las persona que les han hecho un sitio en su familia pueden ver la diferencia, y nosotros que vivimos su transformación lo sabemos.
La realidad que viven los galgos y podencos es muy dura para ser tan cotidiana, y el trabajo más importante, la toma de conciencia social, aún está por hacerse. Y nada cambia porque los humanos somos mezquinos, egoístas, y cutres cuando se trata de salir de nuestra comodidad.
Las personas que no conocen cómo viven los animales en España no se imaginan la cantidad de pasos que hay que dar para que un perro que alguien ha abandonado llegue a tener una familia, y eso porque no hay medios. Porque cada asociación y muchos particulares, buscan la mejor manera de ayudar, pero no hay nada establecido, desde los ayuntamientos la ayuda es mínima o nula, cada ciudad, pueblo o pedanía, tiene su contrato con alguna empresa que recoge los perros abandonados y los tira en su basurero particular tal cual hacen con las basuras recogidas en los contenedores, las asociaciones intentan ganarles la vez y rescatar antes de que esos perros vayan derecho al matadero.
Rescatar, preparar, acoger y hacer llegar a un galgo a una casa en adopción es un esfuerzo de mucha gente, y no sé bien por qué, la gente que no pertenece a una asociación o nunca se interesó por los animales, no lo sabe.
Desde este blog he escrito varias veces con la intención de que conozcáis la realidad de lo que nos encontramos y lo que implica hacer lo que hacemos, os aseguro que no es altruismo, ni pena, ni tiempo que nos sobra, quizás sí inconformismo, y muchas ganas de cambiar las cosas.
Un galgo o podenco rescatado, es un animal que no ha tenido familia, estos perros nunca han tenido una relación emocional que les haga un perro feliz. Y se les nota en la expresión de su cuerpo el paso de la tristeza a la alegría. Cuando los rescatamos son perros de ojos opacos, sin brillo, con sus larguísimas colas metidas entre las piernas, y su altura mermada porque sus músculos están tensos y contraídos, al poco tiempo, sus colas dan vueltas en redondo de alegría, confirmando aquello de que ‘los perros no sonríen, tienen cola’, con ella se expresan, y con ella nos dicen que se sienten plenos, tranquilos, y con ganas de jugar.
Esa es nuestra meta, esa es nuestra recompensa, eso es más de lo que podemos asimilar, y nos alegramos tanto que no pensamos en otra cosa que no sea un nuevo rescate, porque hay muchos esperando, tantos que no nos alcanzarán nuestras vidas sumadas para salvarles a todos.

Marité

lunes, 10 de agosto de 2009

Trapitos de esperanza...


La mayoría de galguitos que nos llegan, han sido objeto del menosprecio y total indiferencia por parte de sus dueños, y de la mayor parte de personas con las que han cruzado sus vidas.
Tristes vidas las que han tenido que vivir, arrastrando año tras año, el que logra vivir mas de uno, claro está, no solo su cuerpo, si no todos los recuerdos de una vida cruel, que a menudo deja huella en su piel, y en sus ojitos tristes.
Miradas tristes, cuando llegan a nuestras manos, es lo que traen la mayoría de ellos, pero deberías verles cuando se van adoptados. Una transformación se gesta en ellos, y que día tras día, puedes apreciar, en el tacto y brillo de su piel, forma de andar, pero sobretodo en su forma de mirar.
Miradas que ya no tienen miedo, miradas que brillan con luz propia.
Así que puestos a mirar, un galgo es un animal tan elegante que poco necesita de adornos y complementos, pero lo que ellos no saben cuando llegan es que entre nuestras filas hay un artista que hará que todas las miradas se giren hacia ellos.
El es Alfonso, ingenioso y apañado como el solo, que echando buena mano de los conocimientos que su profesión le ha dado, como patronista , y en unos cuantos tijeretazos nos ideó los chalecos de los galgos.
Chalecos que llevan puestos en todos y cada uno de los stands en los que, como no, los galgos son los protagonistas y van vestidos para la ocasión, si señor.
De alegres colores como la vida que les espera, lucen como nadie, y cualquiera diría que hasta son conscientes de su guapura.
Se transforman como si hubieran salido de su capullo, para convertirse en mariposa, tanto es así que están creando tendencia y ya por parte de otras asociaciones, visten a sus perros con los chalecos diseñados por Galgos112.
Por eso, porque la creatividad es única y propia de cada persona, desde aquí le hacemos un guiño a Alfonso por su brillante idea, y le damos las gracias en nombre de todos los galguitos que visten sus chalecos y deseando que muchos otros galgos , con los que todavía la suerte no se ha cruzado en su camino, que lo haga y pronto, y también vistan los chalecos de la esperanza de Galgos112 , en un futuro no lejano.
¡Vístete de vida y adopta un galgo!

viernes, 7 de agosto de 2009

Y Rocío...

Rocío



pero hay más viejitos que mal viven esperando una familia....

y hay más enfermos que esperan su oportunidad, sin ser viejos, sin ser feos, sin entender por qué a ellos nunca les toca...

Gente especial para perros especiales

Pancho

MariConchi

Quiero contarles la historia de Pancho y Mariconchi (Conchi) , porque sus vidas son ejemplo de la vida que tiene un galgo en España, si no le sucede la desgracia de romperse una pata, caer en un pozo, no querer cazar (sólo 1 de cada 100 galgos cazan), tener miedo a los tiros (como muchísimos perros), o no haber tenido la suerte de haber sido reventado contra una pared al nacer.
Este perro elegido por ‘buen cazador’, como nuestros dos protagonistas, han tenido la suerte de no haberse lastimado de gravedad en toda su vida y no haber caído enfermos a pesar de que nunca han sido vacunados, de haber parido muchas veces, y de haber corrido por el campo siempre que su cazador les llevaba.
Estos estupendo perros han cazado siempre, y han obedecido a su cazador, han dormido en un zulo, y han comido poco y mal, a ellos no les han golpeado, ni les han colgado, ni les han dejado morir de hambre.
Sin embargo no escapan al cruel destino de los cazadores y ahora, cumplidos sus 12 años, los consideran viejos, los han llevado a un refugio y los han dejado a cambio de no matarlos, han leído bien, ‘a cambio de no matarlos’ porque estos "tipos" (los cazadores) tienen esa exigencia, y esa pedantería, que creen haber comprado con su arma, "si no los cogéis, me los cargo", y las personas que en ese momento estaban en el refugio , los cogieron a los dos juntos, porque siempre han estado juntos (quizás sean hermanos), pensando que quizás entraban para nunca salir de sus jaulas, porque han visto entrar a tantos viejitos que han muerto en el refugio que la historia les suena repetida.
Hay que ser especial para adoptar a un perro adulto de más de 10 años, porque tenemos demasiados prejuicios contra la vejez, sin embargo un perro adulto es un compañero estupendo, y si es galgo o podenco, que nunca han tenido una camita donde dormir, un ‘agua toda la que quieran’, y una veterinario que les cure, para estos perros es como resucitar, es una vida nueva y son felices, y te hacen feliz.
Pero los humanos somos egoístas y frívolos, dejamos a los abuelos morirse solos en un piso, y dejamos a estos perros morir por viejos en las perreras.
Pancho y Mariconchi tienen 10 años y como la podenca Rocío que a sus 10 años vive amarrada a una corta cadena (y muchos otros), sólo pueden ser adoptados por personas especiales, que valoren la vida por sobre todas las cosas, que los adopten para que no se mueran creyendo que vivir es un asco. Que la vida es solo trabajo y vacío.
Para ellos el sólo contacto con los voluntarios que les cuidan, les anima y parecen estar más felices que cuando llegaron, el día que tengan una familia, su cola no parará de moverse.
Adopta un viejito, un enfermo, un tullido, y sé feliz.

jueves, 6 de agosto de 2009

La historia de Elisa

Elisa es una galga que con cara de susto y pena esperaba en una saturada perrera de Madrid. Unas buenas personas, que sacan animales de allí y los llevan a residencias mientras les buscan familia la reservaron pero después no pudieron hacerse cargo de sus gastos y pidieron ayuda. Es así como, hace dos días, Elisa llegó a Galgos 112.

Mª José, delegada en Madrid, nos cuenta como fue la salida de la perrera, y el primer viaje en coche y visita al veterinario de la galga, ya libre.

"Sacamos a Elisa a las 17:30 hs de la perrera y nos encaminamos a Villaviciosa de Odón al veterinario. Salió sin miedo del chenil, se dejó poner su collar y su chapa tranquilamente y salió por la puerta caminando a nuestro lado, pegadita y como si nos conociera de toda la vida.

En el coche se ha subido sin ningún problema; Eric (el novio de Ángela, su mamá de acogida) iba con ella y no ha demostrado ningún miedo hacia él, como hombre que es.

Antes de entrar en la clínica hemos ido a un parque cercano por si quería hacer píses, y así ha sido, ha "plantado su pino" y una gran meadota. Toda una señorita educada que hace sus necesidades cuando le
sacan.

En el veterinario se ha comportado afablemente con todos los perros que allí había, incluso no se ha asustado de SherKhan, un afgano con el que coincidimos muchas veces y algunos galgos se asustan al ver tanto pelo.

En la perrera le han hecho IFI de leishmania y análisis coprológico, siendo negativo en ambos; hemos comenzado ya protocolo veterinario siendo negativa a filaria y esperamos los resultados de leishmania y ehrlichia. La hemos desparasitado con Panacur y vacunado.

No está traumatizada y es muy afable. En su casa de acogida están asombrados de que ya les esté moviendo el rabo, y el encuentro con Luca y Fierecita, la schnauzer gigante y la chihuahua, ha sido muy bueno."

Clica aquí para ver algunas fotos de la salida de Elisa y la visita al veterinario.

Esta es la historia particular de Elisa, que pronto estará lista para encontrar una familia adoptiva, y a la vez es la historia de muchos otros galgos que llegan a Galgos 112 procedentes de perreras o de la calle. Y todas estas historias, en que estos afables animales conocen por primera vez el verdadero significado de palabras como "tranquilidad" o "felicidad" son posibles gracias a las personas que de una forma u otra habéis decidido ayudarnos a ayudarles: socios, simpatizantes, casas de acogida, adoptantes... A todos vosotros, que nos permitís seguir regalando vida a galgos y podencos, en nombre de Elisa, y en el de todos los demás que han sido salvados: MUCHAS GRACIAS.