lunes, 4 de febrero de 2013

Los seniors también existen


La adopción de un perro adulto supone una gran satisfacción, en especial cuando consta que han sufrido muy malas experiencias, abandono y maltrato. El animal viene asustado, pero poco a poco se va sintiendo más cómodo y  como uno más de casa. En ocasiones son perros que nunca volverán a ser confiados del todo, pero es un mal menor comparado con la satisfacción de darles por fin una vida digna.

Bolota, nuestra perrita galgo tiene 8 años, es muy tranquila, agradecida y aprendió rápidamente a convivir con su nueva familia, aunque aún tiene tentaciones muy fuertes con los sofás. Hace un año que está en casa y aún sigue asustándose mucho cuando salimos a pasear y lo que quiere es volver, pero cada vez es más expresiva y se ha convertido en una mimosa insaciable. Con los niños (2 y 4 años)  tiene una paciencia infinita, juega con ellos como si fuera una más y lo soporta todo. Y en el campo disfruta como loca corriendo y saltando, da gusto verla.

Los perros Senior también tienen derecho a tener una vida feliz, quizá deberíamos plantearnos ayudarles a pasar el tiempo que les quede (que no tiene por qué ser poco), en unas condiciones favorables, para por lo menos, compensar el daño que hacen muchos otros…

Para mí Bolota es una compañera en casa, me sigue a todas partes y parece que me comprende con la mirada. Con niños pequeños no quería un cachorro que es como un niño más, el perro adulto también sabe jugar, correr y saltar y también se gana su lugar en la familia.

Yo animo a todo el mundo a adoptar a perros mayores, de verdad que vale la pena!!!!



Un saludo y gracias a todos los que lo hacéis posible.


Marta  y Familia