CUANDO LOS PERROS HABLAN SÓLO NOS QUEDA ESCUCHAR

El pasado 22 de Septiembre recibimos una noticia horrible, Xenia se
había escapado.
La perra había escalado el murete del balcón y había caído al vacío
desde un cuarto piso.
Xenia es una galga muy especial, muy traumatizada y que ya había
tenido que volver a su casa de acogida porque no logró adaptarse a su
nueva casa cuando la adoptaron.

Con estas premisas, Xenia quedó en casa de sus nuevos adoptantes en
período de prueba, no se formalizó la adopción ya que las esperanzas
que se tenían sobre su adaptación eran escasas, aunque la familia
demostraba gran disposición, paciencia y empeño.
En el momento de ser entregada, Xenia estaba siendo tratada con
homeopatía para ayudarla a superar sus miedos. La familia avisó a
nuestra compañera Pilar (mami de acogida de Xenia y voluntaria
encargada de gestionar su adopción) de que en la zona en la que vivían
no encontraban la prescripción de Xenia y ella se desplazó hasta su
domicilio para llevársela.
Dos horas después de que Pilar se marchara, Xenia escaló el balcón y
cayó al vacío en un intento de irse con ella.
A partir de ahí, dos días de búsqueda, de angustia, ya que suponíamos
que tras semejante caída, aunque fue amortiguada por unos arbustos, la
perra podría sufrir fracturas y heridas internas

Dos días horribles que terminaron cuando encontramos a Xenia. Ella
nada más ver a Pilar y a Yuna, la galga de nuestra compañera, con la
que ha convivido desde que llegó a su casa hace ya seis meses, se
acercó a ellas moviendo el rabito y se dejó coger sin problemas.
Inmediatamente la metimos en el coche y salimos pitando hacia la
clínica veterinaria que colabora con nootros y que había tratado a
Xenia desde que llegó, mientras llamábamos a los adoptantes para
avisarles de que la teníamos, que estaba cojita, con la mandíbula muy
hinchada y muy dolorida y que nos la llevábamos a que la reconociesen.
Cuando llegamos al veterinario y la reconocieron casi no podíamos
creernos lo que nos decían, Xenia sólo sufría una fisura en la
mandíbula y una herida superficial en una axila, aún así se la sedó y
se quedó en observación para que descansara y se recuperara de todo lo
ocurrido.

A partir de este momento todos decíamos lo mismo: “Pilar, Xenia ha
decidido que quiere estar contigo, por muy buenos que puedan ser sus
adoptantes ella ha dicho alto y claro (tan alto como cuatro pisos) con
quien quiere estar, así me más vale que lo asumas y te mentalices de
que tienes dos galgas”
Todos menos la familia adoptiva, ellos seguían insistiendo en que
Xenia se habría adaptado a ellos y se empeñan en culpar a Pilar de lo
ocurrido, cosa como poco, de mal gusto.

Aquellos que hemos sido adoptados por un perro sabemos que no es así,
que cuando un animal decide que es contigo con quien quiere estar solo
cabe rendirse a la evidencia y abrirles los brazos y tu casa, todos
los que hemos tenido en casa perros que venían “rebotados” de otros
hogares de los que se habían escapado y en los que le habían hecho la
vida imposible a sus acogedores y en nuestra casa son balsas de aceite
y nos demuestran que nos seguirían al mismísimo infierno sin dudarlo,
sabemos que no es cierto.
Por eso he querido dejar constancia de lo sucedido, porque aunque la
familia que quiso adoptar a Xenia le habría dado un hogar maravilloso,
resulta que ella ya había decidido cual era su hogar y que no quería
ningún otro.
Xenia ha hablado y nosotros la vamos a escuchar.

Gemma Martin

PD. Pilar gracias por escuchar a Xenia.

Rosa, Gemma , Lidia, Pilar gracias por estar ahí y no dejar de buscar a Xenia, y a las vetes de la clínica Bremen por estar a nuestro lado sea la hora que sea.

Xenia ahora vive feliz con sus hermanos y sobretodo con Yuna!