
Ser casa de acogida es una responsabilidad igual o quizás mayor que ser adoptante, porque el perro que llega a tu casa, está herido o emocionalmente afectado y la mayoría de las veces las dos cosas.
Es verdad que hacen falta casas de acogida, pero no cualquiera vale para eso.
Acoger no es tener un perro encerrado en una casa o en un piso, y esperar que un día, así como llegó, se vaya.
Acoger es una labor que va mucho más allá que tener un perro en casa.
Acoger es recuperar a un perro, y no lo hace cualquiera.
Acoger significa tener mucha paciencia, seguridad en sí mismo, amor y ganas de sacar un perro adelante.
Los tecnicismos se aprenden, hay mucha información y libros de etología que pueden ayudar. Sin embargo lo más importante es tener la responsabilidad, las ganas y la entereza para hacerlo.
Un perro recién rescatado de la calle, o de un refugio, no tiene las rutinas deseables para vivir en una casa, tiene que aprenderlas; está confuso, asustado, dolorido, tiene hambre, tiene sueño, se encuentra raro, desconfía del almohadón que se le pone por cama, no se anima a comer delante de ti, llora, mordisquea, quiere escapar por las ventanas, aulla, se hace pis y caca en cualquier parte.
Intentará todos los comportamientos que le ayuden a volver a su estado anterior, porque como a todos los animales, nos asusta lo que no conocemos, lo que él conoce es buscarse la vida en un mundo que le es hostil, y que no le espera.
Por esta razón, para tener un perro en acogida hay estar seguro de lo que se quiere hacer.
No vale eso de ‘Este perro se tiene que ir ya mismo de esta casa’, porque ese perro no tiene a donde ir.
Muchos se escandalizan cuando les decimos, que si no hay casa de acogida, el perro no puede ser rescatado, es así, porque no tenemos refugio, ni creo que un refugio sea una manera de rescatar, para mí es como llevar a la cárcel a una persona que no tiene casa ni familia.
Las casas de cada uno de los voluntarios de galgos112 están llenas de perros, (porque no dejamos un herido en la calle), aún así llega un momento en el que, materialmente no puedes atender a más perros, y dependes de conseguir una casa de acogida nueva, que tenga las ganas y la sensibilidad necesarias para poder hacer el trabajo que hacemos cada uno de los que formamos la familia de galgos112.
Por eso quiero pediros, a aquellos que habéis pensado en ser casas de acogida, que lo penséis bien, que no creáis que es sencillo, que es gratificante ver a ese perro cambiar y adaptarse pero esa adaptación es lenta, hasta que no pasa un mes aproximadamente desde que recogemos un galgo o un podenco, no puedes conocer cuál es realmente su carácter y lo que es capaz de dar, porque los primeros días se repliegan sobre sí mismos y se asoman lentamente a esta nueva vida que se les ofrece.
Cuando sepas seguro que puedes ayudar a un perro, escríbenos, estaremos contigo, pero no podemos atender tus problemas personales, toda nuestra energía la ponemos en ayudar a un galgo o a un podenco, y a otro y a otro y a otro.
Te invitamos a subirte a este carro del que hay que tirar continuamente con fuerza, alegría, penas y amor.
Te aseguramos que merece la pena el gasto de energía, porque estos perros que tanto han sufrido se lo merecen, tu satisfacción personal al ver el cambio que se produce en ellos día a día, será la mayor que puedas imaginar.
Por lo tanto pedimos:
Que se abstengan ni nis, aburridos y gente que quiera figurar y que no esté dispuesta a trabajar duro por sacar adelante al perro que le toque, porque además, no se puede elegir.