domingo, 30 de enero de 2011

Cuando no todo es ayudar

Cada vez hay más asociaciones dedicadas al rescate de galgos, algunas, pocas, se dedican también al rescate de podencos. Esto, ayudado por la implantación de las nuevas tecnologías y las redes sociales en los hogares sin duda tendría que ser algo bueno, pero, ¿siempre es así? Lamentablemente no.


Es innegable lo beneficioso para los galgos y podencos de la creación de asociaciones dedicadas a su rescate, recuperación y posterior reubicación como animales de compañía en familia de cualquier parte de Europa y, porqué no, del mundo entero. Y es igual de innegable que este trabajo se ve muy beneficiado al poder utilizar como medio de comunicación páginas web colgadas en internet y las redes sociales, en particular twitter y facebook. Esto ha significado la salvación para muchos galgos y algunos podencos y es cierto que entre la mayoría de asociaciones dedicadas a su rescate existe una especie de hermandad que hace que donde no pueden llegar unos lo intenten otros, dejando así el mínimo espacio al descubierto, lo que se traduce en prestar ayuda al máximo de animales posibles. Estas asociaciones a las que me refiero y entre las que por descontado se cuenta Galgos 112, están debidamente registradas como tal en los correspondientes registros de asociaciones de la administración pública, tienen unas personas responsables, a las cuales se les puede exigir explicaciones en caso de que sea necesario y suelen seguir, con alguna pequeña variación dependiendo de cada asociación, un protocolo de funcionamiento conocido por todos sus voluntarios antes de rescatar, recuperar y dar en adopción un galgo o podenco. Obviamente estas asociaciones se benefician, nos beneficiamos, del uso de las nuevas tecnologías, que nos han permitido acceder a muchos sitios en los que sin estas facilidades nos habría sido muy difícil, o sencillamente imposible, llegar. Hasta aquí todo bien.


Y entonces ¿a qué se debe este escrito? Igual de cierto que todo lo anterior es que, sobretodo en el último año, con la expansión de facebook, hemos visto nacer muchos grupos de supuesto rescate de galgos. Grupos mal llamados asociaciones, puesto que carecen de registros, estatutos, normas de funcionamiento, personas responsables... que basan su actividad únicamente en la citada red social. Grupos creados, en la mayoría de ocasiones por personas de buen corazón que en su desesperación al ver cuantos galgos se quedan cada año en el camino han decidido echar toda la carne en el asador e hacer llamadas desesperadas para ayudar a estos pobres a encontrar también su sitio en el mundo, llamadas que llegarán con gran facilidad gracias al medio de difusión utilizado a otras personas de buen corazón que muchas veces en un acto totalmente impulsivo decidirán acoger a alguno de estos perros. Por desgracia esto, que parece debería ser un hecho loable, se está convirtiendo en un serio problema para el primer grupo de asociaciones.


En concreto en Galgos 112, hemos recibido llamadas de personas pidiendo auxilio por perros que les han llegado de la forma descrita. No hemos tenido que alargar demasiado la conversación telefónica para saber que se están mandando perros sin visita previa a la familia que va a adoptarlo y que ha sido esta familia la que se ha hecho cargo del transporte, vacunación y esterilización del animal que, por supuesto les ha llegado sin analíticas para conocer cual es su estado de salud. Y el problema viene cuando el animal sufre de alguna enfermedad que requiere un tratamiento especial y de la cual la familia adoptiva no ha sido avisada pues nadie conocía esta situación. Esto no, esto no es ayudar.


Tampoco es ayudar mandar partidas de galgos sin esterilizar a destinos supuestamente localizados en Italia cuando se están recibiendo avisos del interés de explotadores de Chequia por obtener galgos y podencos ibicencos para hacerlos criar y vender sus cachorros, que como tantos otros de otras razas terminarán en el mercado español. Nosotros mismos hemos recibido peticiones de podencas ibicencas para estas finalidades. Esto no es ayudar.


Conocido todo esto no es de extrañar que se vayan encontrando galgos abandonados en zonas no galgueras como Catalunya que casualmente cuadran con los perros salidos de estas perreras. Probablemente hayan sido víctimas del impulso de alguien que al recibir un perro enfermo, ha optado por la vía fácil.


Ayudar es mucho más que esto. Ayudar es una vez sacas a un animal de su miseria preocuparte para que tenga la vida digna que merece hasta el último de sus días, aunque a veces, y con todo el dolor que es capaz de sentir un corazón humano, tengas que decir “no puedo ayudar a ninguno más”. Esto sí es ayudar, aunque ello suponga acostarte muchas noches con las lágrimas en los ojos y un dolor en el estómago que seguro todos los del primer tipo de asociación, las que de verdad funcionan como tal, que estén leyendo estas líneas saben reconocer.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pue sí, por desgracia hay excesivos galgos y podencos abandonados, las asociaciones por mucho que quieran no pueden abarcar tanto abandono y maltrato.
Los grupos que se crean por el dolor de ver a estos animales en tan mal estado no son conscientes que sin un protocolo del animal y un protocolo de adopción adecuado pueden hacer que la miserable vida de estos animales que intentan rescatar no mejore, sino que algunas (cada vez más ocasiones) sigan siendo maltratados y abandonados.
Lidia

Marité dijo...

Cuanta razón tienes Nuria!.
Desgraciadamente, un galgo esquelético mueve muchas conciencias adormecidas y la gente se tira a piscinas sin agua.
Hay que saber que sacar un galgo de Andalucía, para que le abandonen en barcelona, o peor aún, en alguna perrera fuera del país, no es salvar un galgo.
Si no pudes darle una vida mejor, no le cambies de sitio, porque en su zona por lo menos sabe dónde buscarse la vida.
Hay gente muy bestia que sube a un galgo en una localidad y lo abandona en otra... Es lo más cruel.

Paqui dijo...

Lo peor de ésto, es que tus sabias palabras nos llegan al alma sólo a unos cuantos, y lo peor de lo peor
es que esas personas que recogen en una localidad y abandonan en otra duermen tranquilas, mientras otras seguimos buscando a un animal herido que no encontraremos jamás.

Espero que esas "personas" tengan el mismo final "feliz"

Celfa dijo...

Desconocía que esto se producía!!! Cuanto desconocimiento! Las adopciones de galgos y podencos deberían realizarse por asociaciones especializadas, cumpliendo un protocolo, y exigiendo unos requisitos a los futuros adoptantes.

De cualquier otro modo, existe un alto porcentaje de fracaso!