Hace un par de semanas presentamos el caso de Navidad, una podenca a la que le daban miedo los tiros y que su propietario estaba convencido de que no servía para nada.
Muchos de vosotros, como nosotros, fuisteis capaces de ver que esa perrita de mirada tímida si servía, y además para muchas cosas. Podía ser una estupenda amiga, una compañera de aventuras, la guardiana de tantos secretos e historias de esas que no contamos a nadie más que a nuestros fieles compañeros de cuatro patas. Navidad podía querer y ser querida. Y así va a ser, a partir de la semana que viene. Se mudará a Barcelona, donde compartirá familia con un galgo adoptado, y se convertirá en esa amiga y compañera que tantos fuimos capaces de ver en ella.
Queremos agradecer a todos los que os habéis interesado por ella, muy especialmente a Betty y Fina, que ya le preparaban un hueco en sus familias, a Eva, que la tiene en acogida desde hace un par de días, y que ha sido la primera en tener el honor de mostrarle a la podenquita que hay otra clase de humanos, unos con los que si merece compartir la vida, y como no, a su familia adoptiva, que sabemos que la esperan con muchísima ilusión.
Este caso nos da esperanzas para que los podencos, hasta ahora prácticamente desconocidos como animales de compañía, puedan recibir, algún día no muy lejano, el calor que solo la familia puede ofrecer.
¡Enhorabuena, Navidad!
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