miércoles, 12 de agosto de 2009

Un rescate, una acogida, una adopción....




























Esos galgos que recién rescatados tienen estas caritas tristes, ahoran tienen una mirada que brilla y aunque parezca magia, todos son más altos. Las persona que les han hecho un sitio en su familia pueden ver la diferencia, y nosotros que vivimos su transformación lo sabemos.
La realidad que viven los galgos y podencos es muy dura para ser tan cotidiana, y el trabajo más importante, la toma de conciencia social, aún está por hacerse. Y nada cambia porque los humanos somos mezquinos, egoístas, y cutres cuando se trata de salir de nuestra comodidad.
Las personas que no conocen cómo viven los animales en España no se imaginan la cantidad de pasos que hay que dar para que un perro que alguien ha abandonado llegue a tener una familia, y eso porque no hay medios. Porque cada asociación y muchos particulares, buscan la mejor manera de ayudar, pero no hay nada establecido, desde los ayuntamientos la ayuda es mínima o nula, cada ciudad, pueblo o pedanía, tiene su contrato con alguna empresa que recoge los perros abandonados y los tira en su basurero particular tal cual hacen con las basuras recogidas en los contenedores, las asociaciones intentan ganarles la vez y rescatar antes de que esos perros vayan derecho al matadero.
Rescatar, preparar, acoger y hacer llegar a un galgo a una casa en adopción es un esfuerzo de mucha gente, y no sé bien por qué, la gente que no pertenece a una asociación o nunca se interesó por los animales, no lo sabe.
Desde este blog he escrito varias veces con la intención de que conozcáis la realidad de lo que nos encontramos y lo que implica hacer lo que hacemos, os aseguro que no es altruismo, ni pena, ni tiempo que nos sobra, quizás sí inconformismo, y muchas ganas de cambiar las cosas.
Un galgo o podenco rescatado, es un animal que no ha tenido familia, estos perros nunca han tenido una relación emocional que les haga un perro feliz. Y se les nota en la expresión de su cuerpo el paso de la tristeza a la alegría. Cuando los rescatamos son perros de ojos opacos, sin brillo, con sus larguísimas colas metidas entre las piernas, y su altura mermada porque sus músculos están tensos y contraídos, al poco tiempo, sus colas dan vueltas en redondo de alegría, confirmando aquello de que ‘los perros no sonríen, tienen cola’, con ella se expresan, y con ella nos dicen que se sienten plenos, tranquilos, y con ganas de jugar.
Esa es nuestra meta, esa es nuestra recompensa, eso es más de lo que podemos asimilar, y nos alegramos tanto que no pensamos en otra cosa que no sea un nuevo rescate, porque hay muchos esperando, tantos que no nos alcanzarán nuestras vidas sumadas para salvarles a todos.

Marité

2 comentarios:

Pilar dijo...

Soy la mami adoptiva del ser más bonito, sensible, inocente, tierno y especial que existe en muchos kilometros a la redonda (al menos en mi vida y para mí...) INDIA... para los que no la conozcaís la perrita de la primera foto...

India arrastraba con ella la impía huella de un sufrimiento lento y extremo, ese vacío y dolor de días interminables de hambre desesperante y sed implacable y cruel de agua limpia..., de no más palizas interminables, del anhelo de una libertad durante esos meses deseada con toda la fuerza de su juventud y que se sucedía abortada hora tras hora, día tras día, con una soga atada como un asesino cordón a una inmovil bombona de gas... de tantas y tantas horas interminables bajo ese sol abrasador del sur... de tantas ausencias para seguir... viviendo...

Este angel llamado India, llegó a mi vida tras uno de los períodos más desoladores, crueles, vacios, duros y dolorosos que jamás espero tener que conocer...

Tal vez por ello y por todo lo que yo sabía de su sufrimiento y agonias, de la fuerza, empeño, cariño y valor que habia empleado su mami de acogida y artífice de su recuperación, se creó una simbiosis entre nosotras, totalmente íntima, profunda, tierna, silenciosa y extrema, en el mismo momento en que entró en el coche (nuestro coche)... y por supesto, en su/nuestra casa...

Lamentablemente no me es posible describir el alcance de todos los sentimientos que este angel llamada India despierta en mí, pero ahora, a lo largo del paso de los dias y de esos momentos tan dulcemente indescriptibles a su lado, creo que valió la pena el dolor de ambas... nos cambió... y que tal vez algo en él, nos unió...

Gracias a Esther, a Tania -su magnífica madre de acogida-, a Rosa Mª -por soportarme- y a Galgos 112... si ellas y su apoyo todo lo anterior sé que no hubiese sido posible... y cómo no, gracias a tí India, eres mi angelito de cristal...

Pilar

Eva dijo...

Me alegra mucho que hayas puesto en tu post la foto de Blanca (Inka para mí) a la que tuve el honor de acoger un mes y que está felizmente adoptada en Mallorca.

... Lo que pude llorar el día que se fué me lo quedo para mí, pero también me queda la satisfacción y el orgullo de haber aportado mi granito de arena.

Besos y felicidades.