martes, 23 de diciembre de 2008

REZO DEL PERRO VAGABUNDO >

> Con paso vacilante
> y con el cuerpo cansado
> llego al fin de mis días.
>
> Quizás esta tarde moriré
> debajo de este árbol
> con el último respiro
> que me queda en la garganta,
> quisiera agradecer al Señor
> por el pan que me hizo encontrar en la basura,
> por el agua que hizo caer del cielo para calmar mi sed,
> por las plazas sagradas de las iglesias donde he podido reponerme.
>
> Si, Señor,
> Yo soy uno de aquellos
> uno entre tantos que no saben
> que cosa es el calor de una cama,
> el sabor de un hueso,
> la caricia de un amo.
>
> Conozco solo el dolor de las patadas sobre el cuerpo,
> y palazos sobre mi cabeza,
> el caucho de los coches
> que me han empujado al barranco.
>
> Recuerdo,
> esa mano, grande, pesante,
> que siendo cachorro me ha abandonado en la calle,
> donde viví todo mi calvario.
>
> He atravesado montes, bosques y pueblos
> ninguno jamás, me ha tenido con si,
> ninguno jamás, me ha dado un nombre.
>
> Desde que nací he llevado siempre el tuyo
> "Perro."
>
> Señor,
> Tantas son las cosas que quisiera decirte;
> pero...
> el corazón ha retrasado mis latidos
> y el respiro se recorta cada vez más.
>
> Perdóname! Y te suplico:
> Haz que la mano del hombre no abandone más
> a un animal por la calle.
>
> Es triste vivir como vagabundo,
> y penoso estar solo,
> y ser sobretodo simplemente solo un perro.
>
> Abrázame al menos tú
> en este momento.
>
> Por qué?
> Porque también yo te pertenezco!"
>
> "Voces del canil"





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