sábado, 20 de junio de 2009

Cómo presentar el perro al gato y viceversa.


Los gatos y los perros:

Es importante que sepa antes cómo reacciona su gato con la sola presencia de los perros.

1. Hay gatos que ignoran a los perros y sólo reaccionan si el perro les ataca.

2. Otro gatos sin embargo, reaccionan mal con solo ver un perro, aunque este ni le haya mirado, y se agazapan, erizan su pelo y bufan.

3. Y un tercer tipo de gato, se esconde de los perros, no reaccionan mal a su presencia pero no permiten que los perros se acerquen a ellos.

Hay que conocer la reacción de los perros a los gatos en general. Lo común es que los perros y los gatos que viven juntos, se acostumbren a convivir, bien haciéndose colegas (esta es la situación más cómoda para todos) o bien haciendo cada uno su vida sin interferir a penas en la del otro.

Lo más importante cuando un perro entra en una casa donde hay un gato, es tener en cuenta estos conocimientos previos y reaccionar según ellos.

Tome las mismas precauciones que tomaría si estuviera presentando a otro perro al perro o a otro gato al gato.

Puede usted tener al perro cogido con la correa, y ver su primera reacción, no soltarlo hasta que vea que la presencia del gato no le produce una reacción exagerada en el perro.

Si su gato es como la opción 1 y 3, es mejor que separe al gato del perro.

(si usted vive en un piso, póngalo en un trasportín para evitar que se puedan pelear ante la sorpresa de verse la primera vez, si usted vive en una casa y su gato suele salir al patio, asegúrese de que el gato está en un sitio alto fuera de todo alcance del perro.)

Si su gato es como los de la opción 2, póngalo en un sitio donde el perro no llegue (pero no necesita encerrarle, si está en un piso. Si está en una casa haga lo mismo que con los otros.)

Intente no tener ningún tipo de actitud extraña, que hagan entrar a uno y a otro en tensión.

El perro se acercará a oler el trasportín o al gato donde esté, y usted podrá comprobar la reacción de su gato ante ese acercamiento. Y el gato es el que está suelto, las primeras acciones las hará él, y es probable que se acerque al perro a verle y olerle, o bien se suba a un sitio fuera de su alcance, o también, bufar y agazaparse.

Ambos necesitan olerse y mirarse, ya que serán compañeros, y en el mejor de los casos jugaran juntos, en el peor, cada uno tendrá su sitio.

Es importante dejar que ellos pongan sus límites y la relación que quieren tener, no erigirse en protector de uno ni de otro.

Ambos animales suelen llegar a un acuerdo en convivencia, pasado los primeros momentos de curiosidad suelen tener una buena relación, y ambos animales son educables y es posible enseñarles a convivir si no lo consiguen por sí solos.

Lo más importante es no sobreproteger a uno en prejuicio del otro, aquel enfrentamiento entre perros y gatos es , en gran parte, cosa de dibujos animados. Lo cierto es que ambos son predadores, son cazadores, y ambos están bien adaptados a la convivencia con los humanos. Un gato y un perro pueden tener los mismo problemas o no problemas de dos perros viviendo juntos o dos gatos.

Su actitud es importante, porque es usted quien dirige su manada.

Estas pautas son orientativas, es impredecible la reacción de un gato y un perro sin conocerles, ya que cada gato y cada perro tienen una manera diferente de relacionarse. Lo que sí está comprobado que cuando nadie los ve los perros y los gatos se divierten juntos. Y muchas veces la reacción de ambos cambia ante la vista de las personas, a veces para peor y otras veces para mejor.

Tome como pautas para elegir su actuación la reacción del gato ante los perros, y ponga por delante su propia disposición al respecto de la convivencia, su actitud es lo que va a marcar la diferencia en la convivencia.

Tenga en cuenta que el hecho de perseguirse, para los perros y gatos no siempre significa que no se quieren, es también muchas veces un juego de habilidades.

Y tenga en cuenta también que algunos gatos, a raíz de una mala experiencia previa con perros, difícilmente consiguen convivir con un perro.

Los cachorros de ambas especies no tienen problemas en jugar juntos, lo mismo que pasa en la relación de perros y gatos con las personas, la experiencia que tengan es muchas veces decisiva al respecto de sus relaciones.

Marité.

4 comentarios:

lagalgalluenta dijo...

Hola a todas, queridas compañeras.
Tengo un regalo-premio para el blog de Galgos 112 en el blog que espero os guste. Pasaros a recogerlo cuando querais.
Besitos.

Esther dijo...

MIL GRACIAS PALOMA!!!!!!!!
LO ACEPTAMOS CON MUCHO GUSTO.
UN ABRAZO

Josep dijo...

Paloma: Aquí voy a tener que quejarme, (de buen rollo) y plantar una pica en Flandes por los derechos de los hombres.
¡Cómo "todAs, queridAs, compañerAs"!
Sé que deberíamos ser muchOs más. Sé que aún somos pocOs, pero algunO hay. Y reivindico mi condición de amigO de los animales.

Que conste que este comentario está hecho con todo el cariño del mundo y mi absoluta admiración hacia todAs vosotrAs.

Lisi dijo...

Hola!
Gracias por el post, me ha gustado mucho. Hace una semana adoptamos un galgo y tengo desde hace 8 años un gato. La verdad es que yo creía que la cosa iba viento en popa porque el gato, que al principio tenía mucho miedo y le bufaba al galgo, ahora está cada vez más tranquilo. El galgo es muy respetuoso con el gato y parece pasar de él. Pero hoy he recibido un mensaje de una persona diciéndome que nunca me fíe de dejarlos solos, ya que ella encontró un día a su gato muerto después de un tiempo de convivencia. ¿Qué me aconsejais?, ¿que los separe siempre que me vaya? Me parece una tortura para ambos. Estoy un poco desesperada...
Un abrazo
Lisi