Casi cuatro meses en casa.
Llegó con apenas 13 kg, una galga rayada que de tanto miedo que tenía era como si no existiese en la casa, donde la ponías se quedaba.
Ella misma, como otros galgos que hemos recogido, había decidido morir, no tenía esperanzas, no tenía fuerzas para luchar por un poco de comida, se había metido en su cubículo y no salía.
Galgos112, la trajo de Córdoba junto con Blanc, un caso conocido entre las personas que leen la página web y el blog de la asociación.
Recuerdo haberla visto por primera vez en el veterinario, mientras sujetabamos a Blanc las voluntarias, turnándonos por el olor de putrefacción que producía su patita podrida y que no se pudo salvar.
Ella deambulaba por la clínica sin apenas poder apoyarse, sin saber donde estaba ni porqué ni para qué, ni que la depararía el futuro.
Cuando terminó la primera cura de Blanc, nos la quedamos mirando, ni siquiera tenía nombre.
Se me ocurrió de repente llamarla, me agaché y la dije: ven cosa pequeña, ven aquí mini galguita, y con ese nombre se quedó: Minie.
Era todo huesos y morro, encogida y con ojos tristes, abandonados a su suerte, en la foto, esa cosa que se ve al fondo y no parece nada es nuestra Minie.
Estaba tan débil que los tres primeros días le estuve dando papillas como a los niños pequeños.
Luego las papillas las mezclaba con pienso para que este se ablandase.
El primer día que intenté que comiera pienso seco, descubrí que no sabía lo que era, por lo que con toda paciencia y palabras suaves para no asustarla se lo fui metiendo en la boca poco a poco y ella obedientementeempezó a masticar y tragar.
A partir de ese día la evolución de Minie comenzó a marchas forzadas.
Descubrió que su cuenco de comida era para ella y sus compañeros galgos no se lo quitaban.
Incluso llegó un momento en que jugaban a cambiarse de lugar para cambiar de pienso.
Y aprendió que los zapatos eran divertidos, que también era muy divertido robar ropa y llevársela a su cama para destrozarla, lo siguiente que aprendió fue que eso no debía hacerse, por lo que siguió aprendiendo a robar a escondidas.
Empezó a buscar las caricias, como hacían sus compañeros y se volvió totalmente adicta a ellas.
Siguió fortaleciéndose, cogiendo peso y comenzó a jugar con el cachorro de la casa.
Después de casi cuatro meses en casa ya tenía sus costumbres: robar zapatillas a escondidas con Solano, jugar a pelearse por ellas, correr y jugar, dormir, comer, despertarme cuando quería hacer pipí, acompañarme mientras tomaba el primer café de la mañana, etc.
Todavía tenía miedo a los desconocidos, pero comenzaba ya a entender que en nuestra casa y cerca de nosotros nadie la hacía daño.
Hacía fiestas cuando llegábamos a casa, aprendiendo de los otros galgos, etc.
Pero... Minie estaba en mi casa como acogida, por mucho que la quisiese tenía claro que algún día se iría de mi vida, de mi casa, y os lo creáis o no, ella también lo sabía, ellos tienen ese instinto.
Tengo la tranquilidad de saber que hemos conseguido salvar un galgo más, sé que la he enseñado que no todos los humanos pegan patadas y maltratan, mis compañer@s con sus mimos también se lo han demostrado.
Mi marido la ha querido como si se fuera a quedar para siempre, y ha jugado con ella, la ha dado la comida en la mano, la ha mimado y la ha enseñado también que los hombres no son malos, no todos son malos.
Ha sido un trabajo de equipo, como suele pasar en esta asociación.
Y el día de la despedida llegó, y el dolor de ver como se alejaba llegó, y la tristeza por la mañana sin que nadie me acompañe mientras tomo el café también llegó.
Sé que en su casa adoptiva estará bien, ya tenemos fotos de ella durmiendo tapadita y feliz con sus papis.
Han pasado dos días sin ella.
Me sigue faltando esa cosita rayada que no dejaba de mover la cola, que me robaba mi ropa, y que quería mimos en todos los momentos...... que no comía, dormía o jugaba.
Hoy puedo hablar por experiencia propia.
Hoy digo que ser casa de acogida es duro, muy duro.
Hoy puedo decir que lo duro no es tanto conseguir que vivan, se curen, sean felices y recuperen las ganas de vivir.
Hoy como casa de acogida afirmo que lo duro es verlos irse, por mucho que sepas que ellos estarán bien.
El dolor es real y te encoge el corazón, no se va en unas horas ni en unos días.
El dolor y la alegría, mezclado como un cóctel bien preparado, tan bien preparado que te impulsa sólo en una dirección.
Seguiré siendo casa de acogida, porque el dolor es mío, pero la alegría y el orgullo también.
Merece la pena, merece la pena saber que pones tu granito de arena para hacer un huequito en tu casa y en tu corazón a otro animal desamparado e invisible a ojos de tanta gente que pasa a su lado y no los ve.
Porque curiosamente, los galgos y podencos abandonados son invisible, de tan invisibles que son se van muriendo de hambre y enfermedades hasta que de verdad dejan de existir.
Pero para nosotros no son invisibles, son seres vivos que merecen todo el respeto y una vida digna, por eso seguiré siendo casa de acogida.LIDIA
11 comentarios:
De lo más bonito que he leido...
Admirable la labor de las casa de acogida y por supuesto de la asociación por devolverle la oportunidad de vivir a estos seres que me tienen enamoradísima.
Un saludo y mi felicitación por la entrada.
Es cierto, si adoptas a un galgo, será feliz pero privarás a otros de que se recuperen y lo sean;ser casa de acogida salva a más galgos que si adoptas.Me lo estoy pensando.
Una vez más has explicado muy bien cual y cómo se sienten al hacer este labor de la acogida. Sobre todo, lo que sentís al final de su trabajo que es la despedida. Cuando intentamos acoger una hace casi 8 meces todo el mundo me dijo " ah, yo no podría hacer eso porque cogeré muchisimo cariño y el perro tambien sufurirá cuando lo entregas al otro ". Ciertamente mi marido no soportó la idea y fracasamos como casa de acogida. Llovieron las voces " Ves, ya decía yo !! " Ese escrito es un buen ejemplo de por qué hacéis este labor. La gente piensan que no sentís cariño ni amor pero con esos comentarios solo demuestra su capacidad limitada de su corazón y amor hacia los animales. Felicidades por vuestro corazón de talla XXXXXL. Porque la felicidad del animal está encima de vuestro dolor. Algún día espero tener la valentía y convencer a mi marido de unirnos a vuestro grupo. grupo.
Ay! Lidia me has hecho llorar...yo he sido casa de acogida solo 3 veces, dos de ellas 2 ó 3 semanas y bien, pero la otra fué larga y dolorosa, 4 meses justos(ni un día más) pero con una complicada cirugía que me obligó a dedicarme un poco / bastante a ella, mi Valentina.
Al igual que Hyoko fracasé de forma estrepitosa. Ella se fué y además me encontré sola, pero bueno lo importante es que ahora está bien cuidada y aunque está muy lejos, una vez al año recibo fotos de ella :-))))
Lidia mi más sincera enhorabuena, espero que el dolor se te pase poco a poco, a mí todavía no se me ha pasado y a veces sueño que la voy a volver a ver....
Adavel yo te animo a ello, cuando puedas, por que de verdad es toda una experiencia.
Un beso para TODAS
Lidia, muy bonitas tus palabras, sé que le has dado a esa flacuchita más que comida cariño que falta que le hacía : ))
Pero no estar tristes que ellos están felices, la preocupación siempre se tiene de dónde irán y cómo estarán, pero cuando sabéis que esos perros que llegan en estado puf, lamentable, y salen hechos unos guapetones felices locos y ladrones, uf, eso es lo mejor que me ha pasado en todos estos años.
Esas fotitos de familia que mandan los adoptantes y ves ese perro que ya no es el llegó a tu casa, ese perro es un perro feliz, y la culpa de esa felicidad es en gran parte tuya.
Adavel, de aquí te conozco, :))
Kyoko, vosotros habéis hecho una gran labor con vuestras adopciones, y vuestra ayuda.
Gracias a todos.
Ostras Kyoco, que no sentimos ni cariño ni amor..............., pues te agradecería que le dijeses a quien piensa eso, que no sabe lo que dice, para ser casa de acogida, hay que tener un corazón muy grande, mucho! y una generosidad sin limite, te llega un ser hecho una piltrafa, física y emocionalmente, lo recuperas, luchas por el, le intégras como un miembro más de tu familia , y cuando está recuperado y feliz y le quieres con loqura, lo entregas a una familia, te quedas con el corazón muy , muy tocado, lloras , piensas en no dejarlo marchar,pero............., hay tantos que necesitan tu ayuda que tienes que dejarlo marchar.
Eso es ser casa de acogida, eso y mucho más!!.
Besos!!!!!
Para mí, este comentario no podía llegar en mejor momento. La cuarta acogida que tenemos en casa, nuestra querida Petra, lleva dos meses con nosotras. Las anteriores no fueron tan largas. Sé que es poco tiempo comparado con la cantidad de meses que algunas acogidas llegan a ser dado el mal estado del animal. Pero 2 meses han sido suficientes para adorar a esta galguita que también llegó con muchos miedos e inseguridades. Ahora está infinitamente mejor, aunque conserva algún miedo, pero como tú dices, ha aprendido que no toda la gente es mala, y ahora es FELIZ. Petra solo sabe dar cariño. Dar, dar y dar. Y presiento que la hora de su partida está cerca. Ahora Petra ya puede afrontar una adopción. Eso sí, en una familia que tenga otro perro, por sus miedos.
Como es una galga mayor, nadie se ha interesado por ella. Esto a Berta, la reina de la casa, y a mí, no nos importa porque estamos la mar de felices las tres juntitas. Por eso, yo también he tenido tentaciones de quedármela, tentaciones que surgieron desde el primer día, por lo especial de esta galguita ¿Y qué galgo no es especial? Para ser sinceros, aún las tengo, pero de momento me puede más el brindarle una oportunidad a otr@ galguit@ necesitad@.
Si un día alguien quiere ser su familia, con mucho dolor, posiblemente se irá. Tú relato me ha puesto es situación.
Así que lo único que puedo hacer es prepararme para cuando llegue el día. Seguro que será triste, pero intentaré pensar como piensan los galgos, que tanto nos enseñan. Ella estará bien con su nueva familia, se adaptará rápidamente, y espero que su familia me mande fotos!!!
Solo nos quedará ver si nosotras nos adaptaremos a no estar con ella!
Cuando yo pensaba en ser casa de acogida, leía muchas historias de gente que hacía acogidas, y siempre me llamaba la atención lo mismo... 'Pruébalo y te enganchará'
Pues por lo menos por mi experiencia, así es. Es una experiencia que engancha y dan ganas de no parar. Es gratificante en todos los sentidos. Como leí hace poco no recuerdo donde, realmente no somos nosotros quienes rescatamos a los galgos, sino que son ellos los que nos rescatan y nos hacen sacar todo lo mejor que tenemos dentro. Es impagable ver cómo duermen el primer día o el segundo, cuando ya se han dado cuenta que en casa no les va a pasar nada, impagable oir sus ronquiditos, impagable todo el cariño que te dan a los pocos días, impagable verlos evolucionar, impagable notar que empiezan a confiar en los humanos, e impagable verlos partir alegremente con la cola en alto con su nueva familia.
Lidia, muchas gracias por tu relato. Me ha ayudado mucho.
Lidia me he emocionado,ke escrito tan bonito.Me has hecho recordar cada momento de despedida de todos los perros ke he tenido de acogida,muchos besos.
Este es un debate que tengoa diario con mi pareja. Adoptar o acoger? Sin lugar a dudas la acogida es un acto de generosida enorme. Evidentemente que las personas que acogen establecen un vinculo emotivo con el galgo,somos humanos,(bueno, unos mas que otros,algunos nada),pero seguro que nosotros sufrimos muy poco comparado con ellos.Frio,hambre,maltratos,...eso no se puede comparar con la pena que sienten las persona que realizan una acogida. Ellos siempre sufren mucho mas que nosotros.
A mi me consuela pensar que la labor del que acoge es fundamental, la preparación,el cariño,la sociabilización. Seguramente sin ellos muchas acogidas serian un fracaso.
Yo pude vivir en primera persona la marcha de Minie y la pena de Lidia, la verdad es que se te encoge el corazón.
Acoger es un acto valiente y generoso y seguro que a Lidia y a todos lo que acogeis a un galgo os sobra valentia,generosidad y amor.
A mi de mayor me gustaria ser como vosotros!!!
Nuestro cariño y admiración!!
Andreu,Victor,Noah,Nina y Cuba.
Lidia, me has emocionado con tus palabras, y con ellas, has conseguido contagiarnos de esa mezcla de dolor y alegria a la vez. Las casas de acogida son hogares de personas valientes y generosas, y las acogidas no hacen mas que confirmar que en esta sociedad egoista, queda, por suerte todavia, mucha gente buena.
¡Ole, ole, y oleeeeeé por todos ellos!
Te entiendo perfectamente, estoy pasando por tu misma situación y si , es muy duro, pero seguiré siendo casa de acogida por ellos, por los que no tienen voz, por los que sufren.Lo echaré mucho de menos aunque sé que ahora es muy feliz.
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